Entre tantas preocupaciones cotidianas, nos olvidamos de observar lo que nos rodea. Estamos sumergidos en la locura de lo superficial, sin darnos cuenta de todo lo que nos estamos perdiendo allá afuera de eso.
Nos venden humo, consumimos ese humo porque hay que pertenecer a eso. Nos queremos tan poco que nos cuesta romper con esos patrones que nos limitaron por años. Satisfacer las carencias que tuvimos a toda costa no nos hace grandes seres, todo lo contrario nos vuelve más vacíos de lo que nos sentimos en algún momento.
Llenar esos vacíos desde el lugar correcto, aceptando que tenemos que hacernos cargo de esas ausencias. Encontrar en uno mismo el verdadero motor para seguir andando. Porque únicamente depende de nosotros mismos, de nadie más.
Dejar de culpar a todos para asumir nosotros que teníamos que pasar por determinadas experiencias y crecer. De eso se trata nuestro paso por este lugar llamado Tierra.
Ser fuertes ante ese huracán que nos alcanza, entender que hay una enseñanza cuando nos arrasa de esa forma. Que algo tenemos que cambiar de nosotros, sino vamos a seguir condenados a repetir una y otra vez lo mismo.
Adentro esta la respuesta, tu voz habla, te pide que la escuches. Los golpes son el combustible para tomar carrera y avanzar.
¿Cuánto tiempo más te va a dominar el miedo? Tu espíritu pide a gritos que salgas a la vida de la mejor manera, vas a tener un resultado diferente, haciendo algo distinto. Rompe las cadenas, que ese vacío no te limite a ir por más. Tenes la fuerza suficiente para encontrarte una vez más entre los escombros y resurgir..
Ser pleno y consciente de lo que se presenta ante nuestros ojos. Habrá dolor, habrá risas, habrá infinitos caminos y en tu desorientación, vas a ir por ese que tu alma te guía. Porque escucharte es mucho más fácil. Callar las voces externas por un largo tiempo.
Ir por esa felicidad que merecemos, dejando atrás lo que no vibra con nosotros, perdonando y perdonarnos a nosotros mismos.
Es AHORA tu momento.. ¿Vas a desperdiciarlo?..
Nos venden humo, consumimos ese humo porque hay que pertenecer a eso. Nos queremos tan poco que nos cuesta romper con esos patrones que nos limitaron por años. Satisfacer las carencias que tuvimos a toda costa no nos hace grandes seres, todo lo contrario nos vuelve más vacíos de lo que nos sentimos en algún momento.
Llenar esos vacíos desde el lugar correcto, aceptando que tenemos que hacernos cargo de esas ausencias. Encontrar en uno mismo el verdadero motor para seguir andando. Porque únicamente depende de nosotros mismos, de nadie más.
Dejar de culpar a todos para asumir nosotros que teníamos que pasar por determinadas experiencias y crecer. De eso se trata nuestro paso por este lugar llamado Tierra.
Ser fuertes ante ese huracán que nos alcanza, entender que hay una enseñanza cuando nos arrasa de esa forma. Que algo tenemos que cambiar de nosotros, sino vamos a seguir condenados a repetir una y otra vez lo mismo.
Adentro esta la respuesta, tu voz habla, te pide que la escuches. Los golpes son el combustible para tomar carrera y avanzar.
¿Cuánto tiempo más te va a dominar el miedo? Tu espíritu pide a gritos que salgas a la vida de la mejor manera, vas a tener un resultado diferente, haciendo algo distinto. Rompe las cadenas, que ese vacío no te limite a ir por más. Tenes la fuerza suficiente para encontrarte una vez más entre los escombros y resurgir..
Ser pleno y consciente de lo que se presenta ante nuestros ojos. Habrá dolor, habrá risas, habrá infinitos caminos y en tu desorientación, vas a ir por ese que tu alma te guía. Porque escucharte es mucho más fácil. Callar las voces externas por un largo tiempo.
Ir por esa felicidad que merecemos, dejando atrás lo que no vibra con nosotros, perdonando y perdonarnos a nosotros mismos.
Es AHORA tu momento.. ¿Vas a desperdiciarlo?..
BLOG | Chica con ojos de ayer - De Florencia Lema