Sentada a la intemperie el viento me trajo tu mensaje, se sintió como una caricia al alma, como ese abrazo que nos faltó darnos la última vez. No solo trajo tu mensaje, sino también tus preguntas y en ellas se abría una dimensión mucho mas profunda.
Me transformo una y otra vez, infinidad de veces diría. Con el único objetivo: el de despertarme más y más. El de atravesar cada herida, observarla desde lejos, entenderla y darle mi amor para que empiece a sanar.
Me vi caminando sola, pero no estaba sola, vos estabas al lado mío acompañándome a tu manera, con tus formas.
Me veo enorme, cada día mas y mas. Confiando en esta que soy, aceptando este ser que es. Descuidando por momentos este vehículo que de a ratos pesa y otras se vuelve mas liviano.
Hay armonía a mi alrededor, hay equilibrio. No fue una tarea fácil, aún sigue siendo un trabajo diario al que todos los días agradezco por cada día que llega.
No te voy a negar que tuve mis momentos donde quería dejarlo todo, donde pensaba desistir. Pero es tan fuerte la fe con la que me sostengo, que se vuelve inquebrantable esa decisión que elegí.
Y todo tenia un plus, siempre había algo que me llevaba a vos como muestra de que no debía abandonar, que tenia que seguir.
Sigo, porque cada día alcanzo un poquito mas aquella montaña que comienza a tomar forma en ese paisaje maravilloso y que es nuestro lugar.
Ya no le tengo miedo a eso que llaman "AMOR" porque lo descubro todos los días cuando abro mis ojos y respiro. Porque mientras no me abandone a mi, nada va a herir a ese corazón que volvió a latir hace tiempo y hoy mas que nunca tiene ganas de vivir.
En el sueño mas profundo, suceden cosas extraordinarias. Sucede tu presencia junto a la mía, impulsados por un poderoso hilo que no nos suelta, nos sujeta mas y mas hasta volvernos a ver..
BLOG | Chica con ojos de ayer - De Florencia Lema