La tarde se pasó volando, seguía ahí, inmóvil. Sin saber dónde mirar, ni que hacer. El silencio se hizo eterno, los pensamientos se apoderan de la mente. Sentimientos que se mezclan, pero que por un rato se vuelven ausentes.
Ese silencio, me hace ruido en el alma. Daria patadas y puñales a cualquier cosa que tenga frente a mí, pero no tengo la fuerza suficiente para concretar aquello que corre en mis venas. Una rabia sin motivo, un dolor que me oprime cada vez más el pecho.
Cuando por fin siento que mis ojos comienzan a caer, es en ese momento donde siento que mi cuerpo cobra una vida, se deja sumergir en sueños profundos intentando descifrar instantes que se repiten, o que parecen decir algo.
Amanecer en aquella cama que se vuelve enorme cuando me volteo a un lado y no siento el calor de otro cuerpo, solo un frio que me hace acordar que hace tiempo mi cuerpo se congelo, y todavía sigue ahí metido entre hielos.
Si lo encuentro en mis sueños por las noches, aquel vacio que siento se llena de un amor inexplicable. Y no hay cuerpo físico que supere eso que solo él sabe provocarme. No resisto a su mirada, es como un hechizo, casi indestructible. Y sonrío con solo saber que está ahí, me alcanza eso. No pretendo más que su presencia, para saber que todo está bien.
Lo siento escribir en su escritorio, estresado de tanto trabajo. Sigue ahí despierto, bajo la luz de su lámpara. Serio y concentrado, intentando encontrar palabras justas para su carta. Esa que algún día será mía. Sus palabras resisten cualquier cosa, es tan envueltas de un sentimiento profundo, están saliendo de su corazón, como salen las mías.
Sueña despierto, ese instante que retiene su mente, ese recuerdo lo hace real, me escucha susurrarle al oído una palabra, lo sobresalto y me regala su sonrisa. Sus ojos se contienen, pero no puede dejar que broten de sus ojos sus lágrimas. Sonríe dejando caer su lapicera para cubrir su cara y ocultarse de aquello que es el reflejo de sus sentimientos.
Mi mano roza su hombro, me quema ese contacto, su cuerpo, su alma. Sera esta la primera vez que me atrevo a aproximarme un poco más hacia él. Y que aquel gesto cause todo eso en mí. Me aparto porque no resisto aquello, me esfuerzo por alejarme y volver. Sin antes decirle al oído:
-“Siempre te voy a estar esperando”
Artista: Queen
Cancion: Love of my life
BLOG | Chica con ojos de ayer - De Florencia Lema