Llego por fin hasta el edificio enorme y moderno, subo las breves escaleras tiene dos entradas, opto por la puerta giratoria. Ya dentro del lugar, me quedo impactada por la arquitectura del lugar, veo a una distancia importante, un alargado mostrador, con dos mujeres de chaqueta negra y camisa blanca, a un costado uno de los agentes de seguridad. Camino con una mezcla de nervios hasta la chica que parece estar desocupada, lanzo mi mejor sonrisa y tomo fuerza para poder hablar italiano, como si fuera una nativa de la lengua.
-Buongiorno ¿Parla Spagnolo? –mis ojos intenta distraerse, pero mi sonrisa nerviosa permanece intacta
-Buongiorno Signorina. Hablo español ¿En que puedo ayudarla? –Suspira con aire a fastidio
-Tengo una entrevista a las 10.00 con la Señora Grand
-Déjeme ver, un minuto –se sumerge en la pantalla LED de su ordenador, mientras con otra mano marca en el conmutador el numero de interno –calculo que será del piso donde se encuentran las oficinas de G&R Group S.A-
Me doy cuenta que tiene un audífono en el oído que pasa desapercibido para cualquiera, y el micrófono esta prendido a la chaqueta, mientras habla en italiano, me detengo a apreciar una gran pared de cristal que esta de fondo a las recepcionistas. Me vuelve a traer al Aquí y Ahora la recepcionista con su voz algo aguda
-Disculpe, acá me confirmaron la entrevista, pero la persona que la espera es el Sr. Rizzi. Necesito que me brinde su número de DNI y nombre completo para poder darle el acceso como visitante.
- Penélope Benedetti – DNI: 33.514.222
Carga los datos y pasa la tarjeta magnética por un lector, cuando obtiene la luz verde, la deja sobre el mostrador para que la agarre.
-Pase por aquellos molinetes, pero vaya al que es exclusivamente para visitantes y suba por el ascensor al piso nº 22. Allí la estarán esperando –lanza una media sonrisa y se concentra en atender un llamado.
Camino con toda mi elegancia, tengo suerte que no es un horario donde se movilice mucha gente, paso mi tarjeta en el lector, molinete gira. Justo hay un ascensor abierto, esperándome a que suba, entro y busco en el panel el numero 22. Lo apretó y las puertas comienzan a cerrarse. Largo un suspiro e intento acomodarme un poco el pelo y mi chaqueta de jean. Subir estos pisos en soledad y a toda velocidad es como si hubiera despegado con una nave a la luna. El ascensor emite una voz seductora informando “Usted, esta en el piso 22” –pero en italiano- y de golpe se abren las puertas. Respiro hondo y profundo, parpadeo y pongo primero el pie derecho, dentro de la famosa empresa de la que todos hablan y tengo la suerte de ser parte de este lugar. Un cartel gigante con el logotipo de G&R Group y una puerta automática que se abre cuando me pongo delante de ella. Otro mostrador esta a la vista, pero esta vez un poco mas pequeño que la recepción del edificio. Camino con alegría hasta la chica que esta allí mirándome con cara de pocos amigos.
-Buongiorno ¿Arriva per l´intervista?
-Buongiorno. Si –mis nervios intenta jugarme una mala pasada
-Un momento per favore –baja la mirada y levanta el teléfono-
Mientras habla y sin darle mucha importancia a su dialogo en italiano, trato de tomar un poco de aire dándole la espalda a la chica. A los dos minutos de anunciarme, siento que alguien se pone detrás mio y una voz un poco áspera me dice:
-¿Señorita Benedetti? –con ojos brillosos, color gris se me queda mirando cuando me doy vuelta, parece algo sorprendido
-Si, ¿usted debe ser..? –no me deja terminar la frase y me corta respondiendo
-Si, el Sr.Theo Rizzi. Un placer -extiende su mano para saludarme- Acompáñame por acá.
Toma el mando de este breve camino rumbo a su oficina. Abre la puerta y se corre a un lado para que pase primero. Se ve bastante agradable, mucha iluminación unos sillones de cuero blanco, varios cuadros colgados, un escritorio amplio y bastante desprolijo. El cierra la puerta y mientras me quedo observando todo mí alrededor, él se va a ubicar a su trono. Me distrae con su voz
-Tome asiento Srta. Benedetti
Me saco mi chaqueta y la dejo con mi cartera sobre el otro sillón vacío y tomo asiento tratando de relajarme. Theo, se pone a buscar unos papeles que están sobre el escritorio, creo que mi curriculum o alguna indicación de parte de la Sra. Grand. Mientras trato de entender quién será este hombre, no me lo imagino casado con la señora Grand, es demasiado joven para ella, pero uno nunca deja de sorprenderse. Encontró el papel ¡Por fin!, le da un vistazo y lo deja a un costado. Levanta su mirada que se encuentra con la mía una sensación de incomodidad parece envolvernos, pero va disminuyendo cuando empezamos la charla
-Antes que nada ¿Puedo tutearte? –Sonríe y yo afirmo con la cabeza-
-Bárbaro, como sabes, nuestra empresa tiene su sede en Argentina, que es donde estabas trabajando hasta hace dos semanas. Nuestra sede central, decidió trasladar a un empleado de allá para que pueda formarse y trabajar acá, y mejorr las condiciones laborales. Tu puesto será diferente al que tenías en Buenos Aires. Ocuparas el cargo de Gerenta de Publicidad, tendrás más responsabilidades lo que significa que tendrás que esforzarte y dar buenos resultados. A simple vista, sabiendo como viene tu curriculum, tenes todas las cualidades para tomar el mando de ese puesto. Igualmente, me gustaría hacerte algunas preguntas que son más que nada para conocerte un poco más y guiarte para que te desenvuelvas sin problema en tu puesto. –sonríe y mira de reojo la hoja
-¿Qué tal andas con el Italiano?
-Estoy tratando de hacer todo lo posible para desenvolverme con naturalidad, admito que me cuesta un poco hablar, pero por suerte, tengo buen entendimiento. –no hago otra cosa que mantener mi sonrisa para pasar desapercibida por mis nervios
-¿Buscaste la forma de perfeccionar eso?
-Estoy buscando, quería primero instalarme por completo en el trabajo, para después organizarme en cuanto a horarios.
-Que bueno. No se si te habrán comentado en Buenos Aires, pero nosotros tenemos un espacio exclusivo para capacitar a nuestros empleados en diferentes áreas, una de esas es idioma. Hay clases de italiano, para personas que como vos, que vienen del exterior y se instalan en la empresa con una base. Yo estoy a cargo de unas cuantas clases. Si querés cuando termines de ubicarte y estés lista, podemos organizar los horarios para las clases, si preferís comodidad, podemos practicar en tu casa o como hacen algunos, en la sala de capacitación que esta en el piso de arriba. La empresa se hace cargo de esto, no hay que pagar nada extra. Cuando gustes, me avisas y empezamos.
-Que bueno, no estaba al tanto de eso. Cuanto más rápido empiece, va a ser mejor.
-Ok, cuando estés dispuesta a empezar, nos contactamos y arrancamos. Vas a salir hablando italiano muy pronto y te va a dar una gran satisfacción. Volviendo al cuestionario informal, ¿Te gusta estar rodeada de gente o preferís estar en solitario?
-Creo que ambas tienen lo suyo, me adapto sin problema pero si tuviera que elegir por una, prefiero trabajar en conjunto
-Muy bien, creo que las preguntas fueron suficientes. Solo me queda recordarte que el lunes, arrancas a trabajar en este edificio. Te voy a pedir solamente unos diez minutos más, para invitarte a recorrer las instalaciones
-Si, no hay problema. –Sonrío a tal punto, que parece que me hubiera ganado la lotería-
Theo se para, mientras yo agarro mis cosas para seguirlo hasta la puerta, justo cuando la abre esta parada una muchacha de pelo castaño oscuro, vestida con una blusa y pollera de tubo con unos lindos zapatos acompañando toda la combinación del color beige y negro. Se sonríe y a la vez se sonroja ante la inesperada aparición del Señor Rizzi..
-Buongiorno ¿Parla Spagnolo? –mis ojos intenta distraerse, pero mi sonrisa nerviosa permanece intacta
-Buongiorno Signorina. Hablo español ¿En que puedo ayudarla? –Suspira con aire a fastidio
-Tengo una entrevista a las 10.00 con la Señora Grand
-Déjeme ver, un minuto –se sumerge en la pantalla LED de su ordenador, mientras con otra mano marca en el conmutador el numero de interno –calculo que será del piso donde se encuentran las oficinas de G&R Group S.A-
Me doy cuenta que tiene un audífono en el oído que pasa desapercibido para cualquiera, y el micrófono esta prendido a la chaqueta, mientras habla en italiano, me detengo a apreciar una gran pared de cristal que esta de fondo a las recepcionistas. Me vuelve a traer al Aquí y Ahora la recepcionista con su voz algo aguda
-Disculpe, acá me confirmaron la entrevista, pero la persona que la espera es el Sr. Rizzi. Necesito que me brinde su número de DNI y nombre completo para poder darle el acceso como visitante.
- Penélope Benedetti – DNI: 33.514.222
Carga los datos y pasa la tarjeta magnética por un lector, cuando obtiene la luz verde, la deja sobre el mostrador para que la agarre.
-Pase por aquellos molinetes, pero vaya al que es exclusivamente para visitantes y suba por el ascensor al piso nº 22. Allí la estarán esperando –lanza una media sonrisa y se concentra en atender un llamado.
Camino con toda mi elegancia, tengo suerte que no es un horario donde se movilice mucha gente, paso mi tarjeta en el lector, molinete gira. Justo hay un ascensor abierto, esperándome a que suba, entro y busco en el panel el numero 22. Lo apretó y las puertas comienzan a cerrarse. Largo un suspiro e intento acomodarme un poco el pelo y mi chaqueta de jean. Subir estos pisos en soledad y a toda velocidad es como si hubiera despegado con una nave a la luna. El ascensor emite una voz seductora informando “Usted, esta en el piso 22” –pero en italiano- y de golpe se abren las puertas. Respiro hondo y profundo, parpadeo y pongo primero el pie derecho, dentro de la famosa empresa de la que todos hablan y tengo la suerte de ser parte de este lugar. Un cartel gigante con el logotipo de G&R Group y una puerta automática que se abre cuando me pongo delante de ella. Otro mostrador esta a la vista, pero esta vez un poco mas pequeño que la recepción del edificio. Camino con alegría hasta la chica que esta allí mirándome con cara de pocos amigos.
-Buongiorno ¿Arriva per l´intervista?
-Buongiorno. Si –mis nervios intenta jugarme una mala pasada
-Un momento per favore –baja la mirada y levanta el teléfono-
Mientras habla y sin darle mucha importancia a su dialogo en italiano, trato de tomar un poco de aire dándole la espalda a la chica. A los dos minutos de anunciarme, siento que alguien se pone detrás mio y una voz un poco áspera me dice:
-¿Señorita Benedetti? –con ojos brillosos, color gris se me queda mirando cuando me doy vuelta, parece algo sorprendido
-Si, ¿usted debe ser..? –no me deja terminar la frase y me corta respondiendo
-Si, el Sr.Theo Rizzi. Un placer -extiende su mano para saludarme- Acompáñame por acá.
Toma el mando de este breve camino rumbo a su oficina. Abre la puerta y se corre a un lado para que pase primero. Se ve bastante agradable, mucha iluminación unos sillones de cuero blanco, varios cuadros colgados, un escritorio amplio y bastante desprolijo. El cierra la puerta y mientras me quedo observando todo mí alrededor, él se va a ubicar a su trono. Me distrae con su voz
-Tome asiento Srta. Benedetti
Me saco mi chaqueta y la dejo con mi cartera sobre el otro sillón vacío y tomo asiento tratando de relajarme. Theo, se pone a buscar unos papeles que están sobre el escritorio, creo que mi curriculum o alguna indicación de parte de la Sra. Grand. Mientras trato de entender quién será este hombre, no me lo imagino casado con la señora Grand, es demasiado joven para ella, pero uno nunca deja de sorprenderse. Encontró el papel ¡Por fin!, le da un vistazo y lo deja a un costado. Levanta su mirada que se encuentra con la mía una sensación de incomodidad parece envolvernos, pero va disminuyendo cuando empezamos la charla
-Antes que nada ¿Puedo tutearte? –Sonríe y yo afirmo con la cabeza-
-Bárbaro, como sabes, nuestra empresa tiene su sede en Argentina, que es donde estabas trabajando hasta hace dos semanas. Nuestra sede central, decidió trasladar a un empleado de allá para que pueda formarse y trabajar acá, y mejorr las condiciones laborales. Tu puesto será diferente al que tenías en Buenos Aires. Ocuparas el cargo de Gerenta de Publicidad, tendrás más responsabilidades lo que significa que tendrás que esforzarte y dar buenos resultados. A simple vista, sabiendo como viene tu curriculum, tenes todas las cualidades para tomar el mando de ese puesto. Igualmente, me gustaría hacerte algunas preguntas que son más que nada para conocerte un poco más y guiarte para que te desenvuelvas sin problema en tu puesto. –sonríe y mira de reojo la hoja
-¿Qué tal andas con el Italiano?
-Estoy tratando de hacer todo lo posible para desenvolverme con naturalidad, admito que me cuesta un poco hablar, pero por suerte, tengo buen entendimiento. –no hago otra cosa que mantener mi sonrisa para pasar desapercibida por mis nervios
-¿Buscaste la forma de perfeccionar eso?
-Estoy buscando, quería primero instalarme por completo en el trabajo, para después organizarme en cuanto a horarios.
-Que bueno. No se si te habrán comentado en Buenos Aires, pero nosotros tenemos un espacio exclusivo para capacitar a nuestros empleados en diferentes áreas, una de esas es idioma. Hay clases de italiano, para personas que como vos, que vienen del exterior y se instalan en la empresa con una base. Yo estoy a cargo de unas cuantas clases. Si querés cuando termines de ubicarte y estés lista, podemos organizar los horarios para las clases, si preferís comodidad, podemos practicar en tu casa o como hacen algunos, en la sala de capacitación que esta en el piso de arriba. La empresa se hace cargo de esto, no hay que pagar nada extra. Cuando gustes, me avisas y empezamos.
-Que bueno, no estaba al tanto de eso. Cuanto más rápido empiece, va a ser mejor.
-Ok, cuando estés dispuesta a empezar, nos contactamos y arrancamos. Vas a salir hablando italiano muy pronto y te va a dar una gran satisfacción. Volviendo al cuestionario informal, ¿Te gusta estar rodeada de gente o preferís estar en solitario?
-Creo que ambas tienen lo suyo, me adapto sin problema pero si tuviera que elegir por una, prefiero trabajar en conjunto
-Muy bien, creo que las preguntas fueron suficientes. Solo me queda recordarte que el lunes, arrancas a trabajar en este edificio. Te voy a pedir solamente unos diez minutos más, para invitarte a recorrer las instalaciones
-Si, no hay problema. –Sonrío a tal punto, que parece que me hubiera ganado la lotería-
Theo se para, mientras yo agarro mis cosas para seguirlo hasta la puerta, justo cuando la abre esta parada una muchacha de pelo castaño oscuro, vestida con una blusa y pollera de tubo con unos lindos zapatos acompañando toda la combinación del color beige y negro. Se sonríe y a la vez se sonroja ante la inesperada aparición del Señor Rizzi..
BLOG | Chica con ojos de ayer - De Florencia Lema